Los
años noventa han sido testigos del progreso sin precedente logrado por el
liderazgo de la mujer en América Latina. Un adelanto general en las capacidades
y oportunidades para las mujeres, cambios de actitud acerca de la participación
femenina en la política, así como la consolidación de instituciones
democráticas en la mayoría de los países, han creado un clima favorable para
que las mujeres lleguen a ocupar puestos de poder en números nunca antes
vistos.
Hoy en día, las mujeres representan alrededor del 13% de los miembros de las dos cámaras alta y baja, en América Latina (si se toma en cuenta América del Norte y el Caribe, la cifra sube para 15.4%) cuando a principios de la década era del 10%. Doce países latinoamericanos han adoptado leyes de cuota estableciendo un mínimo del 20 al 40% para la participación de candidatas mujeres en las elecciones nacionales. En promedio, estas leyes de cuota han servido para darle un empujón de 5 puntos al porcentaje de la participación femenina en el Congreso o Asambleas.
Por otra parte, mujeres de diferentes
partidos políticos y orientaciones ideológicas se han unido en alianzas
políticas para cabildear por cambios en las cuestiones que afectan a las
mujeres. Su trabajo ha llevado a la promulgación de leyes sobre violencia
doméstica en cuando menos 12 países, a artículos constitucionales sobre
igualdad de género, a la creación de cientos de estaciones de policías mujeres
y a las reformas de leyes familiares para garantizar a la mujer derechos
iguales de propiedad y de patria potestad.
Autora: Sofía Márquez.